Iuri Filosi: «Solo pensar en la París-Roubaix hace que me duela el cuerpo»

Iuri Filosi, corredor del Delko Marseille (Fuente: Facebook)Foto: Delko Marseille
  • "La parte más difícil es el Bosque de Arenberg. La bicicleta parece estar pegada a la carretera"
  • Además de la dureza, el ciclista italiano destaca el ambiente y lo divertida que puede llegar a ser.

Hay un punto de inflexión en la carrera de cada ciclista. Alrededor de cuarenta corredores debutan cada año en la París – Roubaix. La primera sensación del adoquín francés suele ser parecida, algo así como agridulce. El problema es que engancha, o eso dice del corredor italiano Iuri Filosi (Delko Marseille), que según avanza la temporada no ve el momento de volver a Roubaix: «Lo llaman el infierno del norte, y entendí por qué».

Ver la carrera hipnotizada hasta por televisión. Las historias de Francesco Moser (tres veces ganador entre 1978 y 1980) marcaron escuela en el ciclismo italiano. Pese a que fue una dura experiencia, Iuri Filosi logró arrastrar su cuerpo enfermo al legendario velódromo dentro del límite de tiempo y terminar su primer París-Roubaix en el lugar 99, a 23 minutos del ganador, Peter Sagan.

UN DÍA DURO

«Me dolió mucho», subraya el joven italiano, recordando su experiencia como novato en una carrera brutal. No tardó en irse al suelo. Estaba luchando para entrar en la escapada cuando un encontronazo lo derribó en el primer sector adoquinado. Fue solo el comienzo de un día difícil en el Infierno del Norte: «Simplemente seguí y seguí… Sí, ya ha pasado un año, pero solo pensarlo todavía hace que me duela el cuerpo«, dice con una sonrisa mientras sostiene su muñeca izquierda. «Sufrí todo el día, pero quería terminarla y lo hice. Llegué en el puesto 99 de los 101 finalistas, pero lo logré».

No obstante, la preparación tampoco fue la ideal: «Tuve un invierno difícil. Me salté muchas sesiones de entrenamiento debido a una enfermedad y mi forma no era la ideal», rememora. «Pero tenía muchas ganas de participar y, sobre todo, de terminar la carrera. Fue una experiencia agotadora».

El italiano sintió las consecuencias durante mucho tiempo: «Después de Roubaix, tuve una tendinitis en el pie y me atormentó durante cuatro o cinco meses. El intenso dolor me dificultó correr o incluso entrenar».

Iuri recuerda que era una manojo de nervios antes de empezar: «No sabía qué esperar. El equipo quería estar al frente. Tuve la mala suerte de quedar atrapado en un choque en el primer sector de adoquines. Me llevó 30 kilómetros volver a subir. Al final, los únicos que quedaron fueron Julien (Trarieux, un compañero de Filosi que terminó 98º) y yo».

Iuri Filosi
Iuri Filosi (Delko Marseille) analizó la París-Roubaix.

Ese escenario de caídas y atropellos se repite cada poco en la París-Roubaix: «Trentin se estrelló. Logré esquivarlo, pero terminé en un campo. Me llevó otros 20 kilómetros para unirme al grupo. Dañé la bicicleta y tuve que cambiar las zapatillas… Recorrimos los últimos 90 kilómetros, o incluso más, con otros tres o cuatro hombres».

Iuri descubrió porqué la carrera tiene su fama de dura, pero también los motivos de ser toda una leyenda del calendario.»El ambiente en los pasos empedrados… Verlo ya era increíble, pero en realidad experimentarlo es increíble» – dice con una sonrisa – «La adrenalina te impulsa hacia adelante».

DOLOR Y DIVERSIÓN

El lo técnico, el ciclista del Delko asegura que «el último sector es increíble, sabes que lo hiciste y vas a terminar la carrera», explica. «Creo que la parte más difícil es el Bosque de Arenberg. La bicicleta parece estar pegada a la carretera». Lo suficientemente malo como para llamarlo «el lugar más hermoso en el ciclismo», como alguna vez lo describió el italiano Filippo Pozzato (subcampeón de Roubaix en 2009). «Eso es exactamente lo que es», se ríe el corredor de 27 años, que considera todo un éxito terminar su primer Infierno del Norte: «Fue un logro personal. Te muestra qué tipo de piloto eres, es una prueba de fuego. Verás si vale la pena concentrarse en este tipo de carreras o si deberías buscar otra cosa».

De momento, el vuelve. «Espero divertirme«, dice.

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